Don't talk, if you can read; don't read if you can write; don't write if you can think. HANNA ARENDT, Diario filosófico

lunes, 31 de enero de 2011

Una modificación del argumento gnoseológico

Como hemos visto en clase al exponer la filosofía cartesiana, uno de los argumentos que utiliza Descartes para demostrar la existencia de Dios es el que hemos llamado “gnoseológico”, para diferenciarlo del ontológico de San Anselmo.
El argumento gnoseológico, a grandes rasgos, consiste en afirmar que puesto que en mi mente existen ideas como perfección e infinito, y estas no pueden haberse formado por la experiencia, entonces alguien las tiene que haber puesto ahí, alguien que es infinito y perfecto, claro, y este ser sólo puede ser Dios.

Adaptando el argumento a los tiempos modernos postdarwinianos, y por supuesto sin la intención de demostrar nada (y mucho menos un problema tan difícil como la existencia de Dios), sólo para que veamos algo aparentemente paradójico, podemos reformular el argumento diciendo:
Si la Evolución no tiene finalidad y los seres vivos son producto del mero azar, ¿por qué esa misma ley de la Evolución ha producido un ser para el que es perentorio encontrar un sentido? Y no hablo de sentido en el plano existencial o filósofico, sino meramente desde la salud psicológica: si una persona no encuentra un sentido a su vida, a sus actos y a sus sufrimientos, entonces entra en cierto deterioro psicológico, mayor o menor según los casos. El ser humano siempre sufre porque se sabe mortal, porque anticipa el futuro y porque necesita darle sentido a sus actos. Parece, por tanto, que dentro de nuestro “equipamiento evolutivo” se nos hubiera incluido la búsqueda permanente de sentido, algo que la propia Evolución no tiene y que sin embargo nos ha proporcionado.
Entonces cabe plantearse al menos dos posibilidades (buscad alguna más, si queréis): si Dios existe, él nos habría proporcionado esa “necesidad de sentido” y de algún modo sería como una “huella” del Creador en nosotros, o bien la Naturaleza nos ha conducido a la más cruel broma, al absurdo más grande que podemos concebir: crear desde el más absoluto sinsentido y desde el más puro azar un ser que necesita dotarse de sentido y que sufre enormemente por ello.
Ambas respuestas, desde el punto de vista exclusivamente racional, no dejan de ser inquietantes.
(Por favor, mirad bien si existe defecto en esta argumentación u otras alternativas y ponedlo en los comentarios).

9 comentarios:

  1. Isidoro, ha sido muy grato leer este estupendo artículo tuyo, de argumentaciones sólidas y verbo fluido.

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  2. Sea como sea,me suena a las propiedades emergentes de la mente tienen algo que ver, y buscando un poco he encontrado un axioma de la psicología de Gestalt que me parecia apropiada: ''el todo es más que la suma de sus partes''.

    Si debemos diferenciarnos de las focas de la playa ( aunque tengamos mucho en común, la verdad ) por supuesto elegiremos como factor la mente, la razón, que podríamos separar incluso de la aparente antifinalista naturaleza.

    ¿Que quién nos ha dado esto o porqué? al volver a preguntarme, me doy cuenta de que en realidad no he avanzado nada xD no lo sé. Otro día será.

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  3. Eres un aguafiestas. Esperaba que tardárais más en encontrar un contrargumento convicente. Con lo contento que estaba yo con mi sesudo argumento haciéndome el interesante...
    Muy bien, supongamos que es una propiedad emergente de la Evolución (eso de necesitar darse sentido, me refiero). Pero aún veo un problema: existen muchas propiedades emergentes desde las partículas subatómicas a las estructuras que conforman la vida, y ninguna tiene que ver con darse a sí mismo un sentido. Es decir, de algún modo las propiedades emergentes que aparecen en la vida no descuadran significativamente del "tono general" de la Evolución, encajan bien en un modelo antifinalista, porque son meramente adaptativas. Pero eso de darse finalidad... no veo en qué es adaptativo: concédeme que es cualitativamente distinto a las demás propiedades emergentes que podemos ver.Parece lo más "antinatural" que pueda existir.
    Además, comparar un fenómeno tan complejo como darse sentido con las leyes de la Gestalt relativas a la percepción, parece simplificar demasiado: que tendamos a ver las figuras simétricas, o a completarlas, etc. es bastante menos llamativo que el problema que planteo.
    Así que, hala, a buscar una explicación más extensa y convincente.

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  4. Es casi problemático: se me ''contagian'', cada vez más, las dudas de los demás. ( pareado )

    En fin, que tienes toda la razón. Me hacía ilusión pensar que la mente y su búsqueda espiritual si queremos llamarlo así es una propiedad ''superemergenteyguay'', pero, por lo que se sabe de la materia, no ponemos presuponer eso y quedarnos tan panchos. Al menos no por ahora. Y esque el reduccionismo me parece muy cómodo, pero en realidad me abruma el problema . Así que me voy a limitar a pensar sobre las 2 opciones que propones:

    Por una parte, si Dios existe, sí cabía esperar a alguien como nosotros, si no, vaya Dios cutre, incapaz de crear la voluntad, sería como un Demiurgo bastante torpe. Así que todo perfecto: Dios crea un universo del que surge lo simple y lo complejo, la realización, la búsqueda, la duda...y todo eso. Entonces podríamos aplicar un poco la filosofía budista, que siempre viene bien: si el problema tiene solución, ¿por qué sufrir?, y si no lo tiene, ¿por que sufrir? Entonces dediquémonos a pensar, buscar y lo que nos venga en gana pero con humildad ( esto me suena de algo ), conociendo nuestros límites.

    Claro, el problema viene ahora: no sabemos si Dios existe. Entonces vamos a probar a echar la culpa a la naturaleza ( con minúscula, porque con mayúscula parece que es Dios también ). Esto es más sencillo, porque si somos fruto del azar, si la naturaleza no es un Dios con voluntad, entonces no puede cachondearse de nosotros, simplemente porque no es tan inteligente como para eso, si no, sería Dios o algo parecido a un ser superior. Si la naturaleza es la culpable de todo nuestro sufrimiento, mejor no enfadarse, sería como hablar con la pared ( o como dar clase a veces, supongo ). Pues vamos a tomarlo con humor. Y a disfrutar de lo que se pueda. Sin desmadrarse claro xD.

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  5. Creo que el hecho de plantearse su existencia o necesitar una finalidad en la vida sólo lo hacen algunas personas. Otras tantas se quedan en la barrera de la "falsa felicidad" con cosas como el amor, amistad o cualquier otro pretexto, como la mayoría de seres vivos; tengo lo que quiero en un momento determinado, soy feliz y no me planteo algo más allá de eso.
    Para buscar una finalidad o plantearse el hecho de buscarla primero hay que pensar, cosa que pocos hacen o hacemos. En el fondo nunca debemos olvidar que somos una especie más de animal y que nuestra necesidad de querer abarcarlo todo pero no poder, nos hace sufrir, en mayor o menor cantidad y nos avoca a plantearnos como seres.
    Como cuando un perro no puede correr y se siente triste, simplemente que nuestra fisionomía cerebral está más avanzada y nos hace desembocar en sentimientos o ideas más complejas.
    Pienso que un poco de humildad no nos vendría mal, por el simple hecho de que nuestra fisionomía esté más avanzada no debemos pensar que tenemos una finalidad, la propia naturaleza nos la ha dado en mano, PENSAR.

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  6. ¿Por qué te das por vencido tan rápido? ¿Por qué me das "toda la razón"?
    Me ha gustado, sin embargo, la salida budista (o estoica, también, que es más occidental). Indudablemente, si las cosas son como son ¿por qué enfadarse con algo que no tiene nada de personal, como la Naturaleza? Rozaremos este asunto a partir del lunes en Spinoza, para quien la única manera de ser libres en alguna forma es aceptando que no lo somos. (Vaya paradoja, ¿no?)

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  7. Tengo que darte la razón: primero, porque no puedo defender una teoría del emergentismo sin conocerla apenas, y segundo, porque me has convencido: la mente no se parece en nada a cualquier otro fenómeno natural. No parece nada estudiable por la física, ¡de momento! pero...ahora que lo pienso, podría decirte: al igual que la conciencia humana no se parece a la de los animales, tampoco se parece en nada la vida a la existencia inerte, sabemos o parece que sabemos cómo funciona: mediante reacciones químicas( análogamente al pensamiento pensamiento, que funciona por sinapsis entre zonas diferenciadas del cerebro como si fueran los ''órganos'' de un ser vivo o las partes de una célula ) pero, ¡por qué surge la vida, si no es productiva y además ( para que veamos lo importantes que son la química y la física eh xD ) intenta disminuir la entropía del universo,al organizar la materia en estructuras mas o menos ordenadas, cuando lo normal es que el desorden aumente. No sabemos el por qué de la vida, al igual que no sabemos el por qué de la razón del hombre pero sí sabemos que cada una es un nivel superior en la complejidad del universo: partículas subatómicas, átomos, moléculas, vida, animal, ser humano. Al igual que en las matemáticas, todo depende de los axiomas más sencillos. Me has hecho dudar pero ahora vuelvo a confiar en lo emergente.Y ahora pienso: ¿existirá una conciencia superior? Si existe no tengo por qué saberlo, al igual que los átomo o las células que me componen tampoco son conscientes de mí, ni podrán serlo nunca.

    A ver si Spinoza me ayuda a aceptar que no soy una galaxia, un universo o la naturaleza y nunca podré pensar como ellos.

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  8. ¡Ah, Antonio, nunca me defraudas! Cuanto más dificultades te pongo, más te creces. Magnífico.

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  9. Gracias, pero ¿cómo va a salir el hombre de la caverna sin nadie que le ayude?

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