Don't talk, if you can read; don't read if you can write; don't write if you can think. HANNA ARENDT, Diario filosófico

domingo, 14 de octubre de 2012

La libertad y el ser humano


 Por David Franco Rodríguez               2º Bach A
     A lo largo de la historia, el ser humano ha luchado por conseguir dos elementos tan fundamentales como son la libertad y la felicidad, significa que puede realizarse escogiendo, dentro de varias opciones, una que le satisfaga, que esté de acuerdo con sus dotes y que le permita ser útil a la sociedad.
Con este fin, para evitar ser engañados por otros, pasamos hace más de 2000 años a utilizar la razón, en vez de creernos lo que otros nos dicen; años después, ya en el s: XVIII, vimos que nuestra situación en la sociedad no podía caer más bajo y dado que no había nada que perder, apoyados por la burguesía, optamos por luchar y conseguimos acabar con la opresión del antiguo régimen que dominaba Europa y además logramos una Declaración de Derechos Ciudadanos. Más tarde, gracias a la Revolución Industrial, el obrero apoyado por distintos pensadores como Marx, pudo lograr una serie de de derechos de tipo sanitario, mejora de horarios, condiciones…. y sobre todo, provocar un gran pánico en la burguesía (dueña de las fábricas), que anteriormente nos prestó ayuda económica para poder salir victoriosos en la Revolución Francesa.
Ya en el s: XX, tras la catástrofe de la primera Guerra Mundial y con una sociedad basada en unos derechos ciudadanos y trabajadores y sobre todo, protegida por la Sociedad de Naciones, en Alemania, empieza a crearse una ideología negativa para la humanidad, la cual estaba basada en el odio tanto a las naciones ganadoras como a los judíos, ambos responsables de que Alemania fuera la gran perjudicada tanto por la gran crisis existente como por el Tratado de Versalles. Como consecuencia de ello, la población necesita de un un líder capaz de inspirar confianza y desarrollo en estos tiempos; por este motivo, un 1933 Hitler es elegido canciller del Reichstag alemán.
En los años siguientes, Hitler piensa recuperar territorios perdidos en el Tratado de Versalles, pero antes, decide ocuparse de los responsables de la situación en la que había acabado Alemania, es decir, decide acabar con aquellas personas que “chupaban del estado” a cambio de no poder trabajar como los minusválidos, de personas que impiden la evolución de la raza aria, como los gitanos o musulmanes y sobre todo pretende acabar con las personas que a pesar de que poseían grandes empresas, no apoyaron económicamente a la nación alemana, como los judíos ( se destaca que Hitler empezó a odiar a estos porque su profesor que era judío, no le permitió ingresar en la universidad de Bellas Artes, y sobre todo achaca la culpa de la muerte de su madre a un medico judío) por ello, decide ir poco a poco quitándoles derechos a los judíos, desde el derecho al trabajo o educación pública hasta el propio derecho a vivir en 1942 con la solución final: cuentan los textos que murieron en cámaras de gas aproximadamente 6 millones de personas por el mito de que ellos habían sido los totales responsables de la crisis, además también cuentan los textos que estas personas eran razas inferiores porque a diferencia de la raza aria alemana, tampoco llegaron a reivindicarse ante su mala situación: los nazis alegan que tan solo eran necesarios cuatro soldados para conducir a 2000 personas a las cámaras de gas, porque según decían los jefes alemanes, ellos estaban destinados a morir tarde o temprano.

Mi pregunta es: ¿Por qué esta vez a pesar de que eran convertidos en “trapos humanos”, los judíos no se revelaban?
Si lo analizamos detenidamente, las condiciones que se daban en 1942, eran iguales o peores a las del s: XVIII, es decir, primero le quitaron el derecho a casarse con quién quisieran, más tarde le quitaron el derecho al trabajo y la educación, posteriormente, el derecho a entrar a ciertos lugares y finalmente el de la vida… ¿Qué más podían perder? Sin embargo lo que ellos hacían al llegar a campos de concentración en grandes números, era cerrar los ojos y ser fieles a un pequeño número que soldados que solo imponían, con el objetivo de ganar la libertad a base de trabajo eterno (destaco lo que ponía al entrar al campo de concentración de Auschwitz “arbeit macht frei” es decir, “el trabajo os hace libres”).
Tras analizar todo lo dicho anteriormente y compararlo con otras situaciones, deduzco que las personas tienen un “umbral de esperanza”, por el cual, siempre que estemos ante una situación oscura, la esperanza ( me refiero a la esperanza como a la capacidad que tenemos para no dar por perdidas las cosas), nos iluminará el camino que debemos seguir y de esta manera, podremos afrontar esos males. Por ello, creo que en el caso de los judíos en Alemania, además del miedo que tenían al régimen nazi impuesto por la propaganda, armas y sobre todo por la degradación social progresiva que habían sufrido desde que Hitler subió al poder, no pudieron revelarse por el simple hecho de que aún tenían esa esperanza de que algún día todo se acabaría, tenían la esperanza de volver a ver a sus familias otra vez, se dieron cuenta de que a base de trabajar, como ponía en el letrero de Auschwithz, podrían lograr la libertad soñada. Además, me atrevería a decir que incluso se llegaron a plantear a nivel de grupo que el genocidio era “otra prueba” a la que los había sometido Dios como paso en el antiguo Egipto, donde también el pueblo judío en conjunto, fueron salvajemente esclavizados, además. También gracias a este espíritu de colectividad, los judíos no se escapaban de los campos de concentración porque el fallo de huida de uno, podía provocarle la muerte tanto a él como a varios de sus compañeros.

viernes, 5 de octubre de 2012

¿Cómo sería una sociedad de la que estuviera totalmente ausente la Filosofía?

    Alguien me preguntó en clase algo parecido a esto hace unos días. Es una forma más concreta de la pregunta “¿Para qué sirve la filosofía?” que se hacen aquéllos que no la entendieron o no pusieron intención alguna en entender su función ( además de los que estáis empezando a conocerla). Voy a iniciar la reflexión, pero lo que en verdad me gustaría sería que vosotros fueseis completando en los comentarios o en clase la respuesta a esta pregunta.


     En primer lugar se me ocurre que, sin filosofía, no tendríamos una reflexión digna de ese nombre acerca de las leyes. Las leyes tratan de proteger los derechos de cada uno. Pero, ¿cuáles son nuestros derechos? La filosofía trata de dar argumentos para concluir en algo parecido a la Declaración Universal de los Derechos Humanos. ¿Por qué los seres humanos poseemos dignidad? ¿En qué consiste esa dignidad? ¿Por qué podemos considerar que atentar contra la dignidad de un ser humano es algo negativo que hay que sancionar y evitar? Estas preguntas son filosóficas. Los juristas elaboran las leyes, pero estos juristas fundamentan las leyes que se refieren a los derechos de las personas en torno a argumentos de carácter filosófico. ¿Qué pasaría en una sociedad que no reflexiona? Parece, entonces, que la fuente del derecho sólo estaría en los mitos, en las narraciones legendarias a las que una sociedad refiriese sus normas y costumbres. Y al final las leyes señalarían determinadas clases como privilegiadas por argumentos de carácter religioso, como pasó durante todo lo que duró la Edad Media y el Antiguo Régimen. Es decir, no a todo el mundo se le aplicaría la ley y habría siempre personas de las que se podría abusar sin que nadie lo impidiera. Y además, ese abuso estaría justificado, legitimado por leyes injustas. (Por cierto, ¿qué saber o actividad humana tiene como objetivo responder racionalmente a la pregunta sobre en qué pueda consistir el valor de la Justicia?)
    ¿Y qué pasaría con la educación si no existiese ningún planteamiento filosófico? Las preguntas del estilo de “¿Qué es educar?” o”¿En qué valores debemos educar y por qué en esos precisamente?”. No podemos encontrar respuestas si no pensamos esta cuestión. Una sociedad tiene que educar a los nuevos ciudadanos, y transmite siempre unos determinados valores. En una sociedad con pensamiento, se intenta llegar a establecer racionalmente qué valores sirven a la convivencia y cómo debemos resolver los conflictos. Según las respuesta a estas preguntas, así deberemos educar a los nuevos ciudadanos. Pero ¿y si nunca nos preguntamos para qué educamos nuestros niños y jóvenes? Al final sólo podríamos educar transmitiendo sin más las costumbres establecidas, sin crítica alguna. Además el poder acabaría decidiendo en que valores hay que educar. Y si es el poder el único que decide y nadie cuestiona las cosas, ¿en qué valores decidirá ,alguien que está en el poder, educar? Pues aquellos que le mantengan más tiempo en el poder a él y a los suyos, es decir, en aquellos valores que simplemente hagan a los ciudadanos obedientes a las leyes impuestas y productivos. No es nada malo ser obedientes con las leyes democráticamente establecidas, ni trabajar para poder vivir. Pero sí es malo obedecer leyes impuestas injustamente en beneficio de un poder y limitarse a producir-consumir como el único horizonte vital. Por cierto, sólo hay una educación posible desde la filosofía: la educación para conseguir individuos libres, que tomen decisiones autónomas sobre sus valores y su destino.

     Se me ocurren otras consecuencias, pero las dejo para vosotros.