Don't talk, if you can read; don't read if you can write; don't write if you can think. HANNA ARENDT, Diario filosófico

domingo, 24 de noviembre de 2013

Clara Campoamor: el sufragio femenino en España

Por  Elena B. Mirón Alcalá y Carlos López García (2º BACH B)


     Reanudamos la publicación de biografías de mujeres que dejaron huella en la reclamación de derechos, no solo para la mujer, sino para todos los seres humanos.

   Nació en Madrid en 1888 el 12 de febrero. Murió en Lausana en 1972. Fue una política española, defensora de los derechos de la mujer y principal impulsora del sufragio femenino en España, logrado en 1931, y ejercido por primera vez por las mujeres en las elecciones de 1933.

   En 1920, se matriculó en la escuela secundaria y mas tarde se matriculo en la Facultad de Derecho. En 1936 se convirtió en unas de las pocas abogadas españolas y comenzó a ejercer su profesión. Sus ideas sobre la igualdad en la mujer comienzan a acercarla a la política, principalmente al partido socialista (PSOE) aunque nunca aceptó entrar en política. Fue también la primera mujer que intervino ante el Tribunal Supremo y que desarrolló trabajos de jurisprudencia sobre cuestiones relativas a los derechos de la situación jurídica de las mujeres en nuestro país.

    Al estallar la guerra civil se exilió. Vivió una década en Buenos Aires y se ganó la vida traduciendo, dando conferencias y escribiendo biografías. Intentó regresar a España a fines de la década de 1940, pero se encontró con que estaba procesada por su pertenencia a una logia masónica.

    En 1955 se instaló en Lausana (Suiza), y trabajó en un bufete hasta que perdió la vista. Murió de cáncer en abril de 1972.

Sufragio femenino


    Al proclamarse la Segunda República, Clara Campoamor fue elegida diputada ya que en 1931 las mujeres podían ser elegidas pero no electoras. Formó parte de la Comisión Constitucional encargada de elaborar el proyecto de Constitución de la nueva República e integrada por 21 diputados, donde debatió para establecer la no discriminación por razón de sexo, la igualdad jurídica de los hijos e hijas habidos dentro y fuera del matrimonio, el divorcio y el sufragio universal, a menudo llamado “voto femenino”. Consiguió todo, excepto lo relativo al voto, que tuvo que debatirse en el Parlamento. Los partidos de izquierdas y menos  un grupo de socialistas y algunos republicanos, no quería que la mujer votase porque se suponía que estaba muy influida por la Iglesia y votaría a favor de la derecha. Por ello, el Partido Radical Socialista puso frente a Clara a otra reconocida diputada, Victoria Kent, contraria al voto de las mujeres, para realizar un debate sobre si las mujeres debían o no ejercer su derecho a voto. Fue un debate completo, compuesto  por los ideales de cada una de las participantes pero Clara Campoamor fue considerada como la vencedora. Finalmente, la aprobación del sufragio femenino se logró con el apoyo de la minoría de derechas, gran parte de los diputados del PSOE  y algunos republicanos.

   En 1928 crea junto a compañeras de otros países europeos la Federación Internacional de Mujeres de Carreras Jurídicas, que todavía existe con sede en París y trabaja junto a Victoria Kent y Matilde Huici en el Tribunal de Menores.En 1930 contribuye a fundar la Liga Femenina Española por la Paz.

 En 1933 no renovó su escaño, y en 1934 abandonó el Partido Radical por su subordinación a la CEDA y los excesos en la represión de la insurrección revolucionaria en Asturias. Pero cuando ese mismo año, intentó unirse a Izquierda Republicana (fusión de radicalsocialistas, azañistas y galleguistas), su admisión fue denegada. 

Algunas citas de Clara Campoamor.


    Defendí en Cortes Constituyentes los derechos femeninos. Deber indeclinable de mujer que no puede traicionar a su sexo, si, como yo, se juzga capaz de actuación, a virtud de un sentimiento sencillo y de una idea clara que rechazan por igual: la hipótesis de constituir un ente excepcional, fenomenal; merecedor, por excepción entre las otras, de inmiscuirse en funciones privativas del varón, y el salvoconducto de la hetaira griega, a quien se perdonara cultura e intervención a cambio de mezclar el comercio del sexo con el espíritu.

    Resolved lo que queráis, pero afrontando la responsabilidad de dar entrada a esa mitad de género humano en política, para que la política sea cosa de dos, porque solo hay una cosa que hace un sexo solo: alumbrar; las demás las hacemos todos en común, y no podéis venir aquí vosotros a legislar , a votar impuestos, a dictar deberes, a legislar sobre la raza humana, sobre la mujer y sobre el hijo, aislados, fuera de nosotras.

Película producida por TVE. Clara Campoamor, la mujer olvidada