Es habitual que os cueste mucho responder a la pregunta que se hace en las actividades del tema 1 de Historia de la Filosofía sobre un ejemplo de mito "que esté presente en la actualidad". Esta pregunta se puede resolver acudiendo al cine, o bien a las obras de Broadway. Pero también podemos contestarla regresando a la mitología clásica, y viendo hasta qué punto están presentes en la actualidad esos mitos intemporales. Uno de ellos es este, el de las tres Gracias.
Desde la Grecia antigua a la actualidad, “Las Tres Gracias” han sido fuente de inspiración para los artistas a lo largo de la historia del arte. Las “Cárites” o “Las Tres Gracias” eran tres diosas inferiores, hijas de Zeus y la ninfa Eurínome, hija del titán Océano. Sus nombres eran Aglaya, Eufrósine y Talía. Según diversas fuentes clásicas, las tres Gracias eran las diosas de la belleza, la sexualidad y la fertilidad, entendidos como fuerzas generadoras de vida. Otorgaban a dioses y mortales la alegría así como la elocuencia y la sabiduría y tenían la capacidad de dotar a los hombres de la genialidad y el talento necesarios para ser un brillante artista.
Es un mito intemporal porque a pesar de que mucha gente no lo conozca o no lo recuerde, las diferentes legitimaciones que produce están presentes en dichos y refranes en muchos idiomas. Está, además, presente en la manera que tenemos de abordar el dar y el recibir. La fascinación que ejercen sobre nosotros se puede comprobar en la constante representación artística del motivo, del que aquí sólo veis tres ejemplos.
Es posible que cueste un poco más entender el texto que viene a continuación, pero a mí me parece realmente hermoso y de contenido también intemporal. Es todo un programa de vida, que Covarrubias interpreta con una cierta inocencia que le da un encanto especial a su descripción en un castellano de principios del XVII:
"Fingieron los poetas aver tres doncellas dichas Gracias [...] La razón que huvo para que fuessen tres, es porque la una hazte la gracia y da el don, la otra le recibe, y la tercera buelve la paga del beneficio recebido. Pintávanlas jóvenes donzellas, porque la memoria del beneficio recebido por ningún tiempo se ha de envejecer; riéndose, por el gozo, contento y alegría con que hemos de dar; y como las dos dellas estén bueltas de rostro para quien las mira, la otra está de espaldas, dándonos a reconocerla manifiestamente, y del beneficio y gracia que nosotros hiziéremos hemos de olvidarnos, por no dar en rostro con que el al que le recibe. Están desnudas, porque lo que se da ha de ser sin cobertura ni disfraz, pretendiendo interiormente en nuestro ánimo alguna recompensa; están todas tres travadas de las manos, dando a entender que el hazer gracias y recebirlas entre los amigos ha de ser con perpetuydad y con una travazón indisoluble, acudiendo siempre en las ocasiones a lo que obliga la amistad."
Sebastián de Covarrubias. En Tesoro de la Lengua Castellana (1611)
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