Por Antonio Gutiérrez. 1º BACH B
Esteban Criado, un peluquero de Hospitalet, estaba en su peluquería como cada mañana con la radio puesta para hacerla más amena mientras le corta el pelo a sus clientes. De repente, entra un delegado de la SGAE, que le dice que tiene que pagar por poner la radio en su local, Esteban piensa que es una broma pero a los pocos días llega una carta certificada imponiéndole 12 Euros de multa al mes por poner música en su local.
Según Esteban Criado, su peluquería es la única que ha frecuentado este inspector, que ha barrido el barrio en busca de bares con música; afirma que le preguntó por qué hacía una inspección a una peluquería. "Pasaba por la acera y oí la radio. Como es un espacio público, tiene que pagar", asegura el delegado. "La radio no es para lucrarme. Los clientes vienen a cortarse el pelo, no se quedan a escuchar música. Se cortan el pelo y se van. Es un abuso y una injusticia", lamenta el peluquero, que sin embargo ha tenido que firmar el contrato.
Y como este caso hay muchos mas, ¿A dónde vamos a llegar? Muy pronto esperarán en tu tejado para entrar por la chimenea y denunciarte cuando pongas música. Esto es una vergüenza. Así que, tened cuidado con lo que hacéis y escucháis.
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