(Reedición)
A partir de la lectura del texto de Carl Sagan que aparecía en las actividades de 2º de Bachillerato, algunos reclamábais aclaración para algunas de las preguntas, sobre todo en aquella que solicita la diferencia entre mito, pseudociencia y religión. La diferenciación de lo religioso es una tarea más difícil de lo que parece, por lo que he recurrido a un especialista, Martín Velasco, quizá el fenómenólogo de la religión más importante de nuestro país, para aclarar qué debería ser considerado religioso frente a lo que no lo es estríctamente hablando.
A partir de la lectura del texto de Carl Sagan que aparecía en las actividades de 2º de Bachillerato, algunos reclamábais aclaración para algunas de las preguntas, sobre todo en aquella que solicita la diferencia entre mito, pseudociencia y religión. La diferenciación de lo religioso es una tarea más difícil de lo que parece, por lo que he recurrido a un especialista, Martín Velasco, quizá el fenómenólogo de la religión más importante de nuestro país, para aclarar qué debería ser considerado religioso frente a lo que no lo es estríctamente hablando.
El ORIGEN del hecho religioso es "el reconocimiento por el hombre de una realidad suprema que confiere su sentido último a la propia existencia, al conjunto de la realidad y al curso de la historia".
No se puede confundir, en este sentido, la religión con: las ideologías, o con una mera teoría sobre la realidad (metafísica), o con una teoría sobre el hombre (antropología filosófica), ni un sentimiento, ni una emoción, ni una acción ética, ni una mera institución social. Es decir, el hecho religioso puede producir todas estas cosas, pero no se puede reducir a una de ellas.
El NÚCLEO esencial de todo hecho religioso es la actitud de reconocimiento de una realidad suprema, es decir, el reconocimiento del Misterio. Este misterio puede ser un conjunto de poderes sobrenaturales, o una figura personal o varias, o puede ser un estado al que el individuo aspira. Pero lo esencial es que tome la forma que sea, es siempre realidad suprema.
- Es RECONOCIMIENTO, aceptación, sometimiento, entrega a una realidad cuya presencia se impone, llevando ese reconocimiento a la gratitud que se expresa en invocación o alabanza.
- Es PERSONAL, es decir, se realiza a través de todas las dimensiones de la persona.
- Es TRANSCENDENTE, por lo que el sujeto sólo puede conocerla a través de mediaciones naturales. Es decir, la realidad suprema se manifiesta a través de formas naturales donde el individuo reconoce esa realidad suprema.
Por tanto, el ejercicio de la religión comporta un conjunto de expresiones de todo tipo: racional, emotivo, institucional y un conjunto de realidades hierofánicas (manifestaciones de la realidad suprema) que juntos constituyen el cuerpo sacral expresivo que caracteriza a cada una de las religiones concretas.
No es, sin embargo, simple conocimiento de una realidad más o menos elevada frente al hombre o la mera aspiración al bien moral.
FUNCIÓN E INTENCIÓN.
La realidad suprema se entiende como realidad que salva, es decir, que da sentido. Pero como hay otras cosas que dan sentido, hay que aclarar que se trata de sentido religioso sólo cuando se prensenta como realidad última total, es decir, cuando ofrece la respuesta última del hombre y a todo su contexto vital.
En definitiva, es una adoración del Misterio último de la existencia y una entrega confiada a ese misterio.
Reflexión del que ha resumido: a la luz de estas precisiones bien pudiera ser que muchos "creyentes" pudieran llegar a la conclusión de que en realidad no tienen creencias religiosas o bien que el que piensa que es no creyente resultara ser religioso.
Todos estos datos se han extraído de la obra de Juan Martín Velasco, Filosofía de la religión, en la que el autor adopta una postura de indagación del fenómeno religioso en general, desde el punto de vista filosófico, no desde la creencia.
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