Don't talk, if you can read; don't read if you can write; don't write if you can think. HANNA ARENDT, Diario filosófico

jueves, 22 de diciembre de 2011

Las matemáticas y la belleza

    Con permiso de mi buen amigo y colaborador matemático en este blog, el profesor Antonio Álvarez, me introduzco en el arduo y hermoso mundo de las matemáticas para enlazaros a un documental emitido por TVE sobre su relación con la belleza. Aprovecho, por otro lado, para recordar algunas ideas clave que hemos comentado durante el trimestre relacionadas con este asunto.

     Como ya sabéis por los contenidos de las clases (en primer curso sobre todo con relación al origen de la ciencia moderna, en segundo con relación a la filosofía antigua) tanto la filosofía como la ciencia tienen una estrechísima cercanía con las matemáticas. No sólo la escuela pitagórica y Platón nos hablan de esta relación, unas veces para explicar cómo está formado el mundo en el caso de los pitagóricos y otras como camino hacia el mundo de las Ideas platónico, que requiere de la matemática como método indispensable para el ascenso dialéctico. Las matemáticas, según el ateniense, no son la belleza, pero son el camino inexorable hacia ella.

      En los orígenes de la ciencia moderna vimos ya las dos claves sobre las que construye Galileo su método: la importancia del experimento y la idea pitagórica de que “el mundo está escrito en caracteres matemáticos”. En una línea similar, dos grandes filósofos y matemáticos de la edad moderna, Descartes y Leibniz, sitúan la matemática y su método como centro del conocimiento seguro y, a la vez, como guía absoluta de la filosofía. Incluso el gran filósofo ilustrado, Kant, sin llegar a la importancia matemática de los dos racionalistas, es también un competente matemático, y encuentra muchos motivos de reflexión en ellas para elaborar su teoría del conocimiento.

       Este documental que enlazamos aquí nos habla, sin embargo, de otra relación fundamental. Las matemáticas no se reducen sólo a auxiliares del conocimiento o del pensamiento especulativo, sino que forman parte esencial del sentimiento estético:

       La propia belleza se puede formular con un número: el número Phi, que se encuentra tanto en el arte como en la naturaleza. Muchas de las cosas bellas que nos rodean contienen este número, el 1,61803…. Leonardo da Vinci lo usó, por ejemplo, para dibujar la cara de su modelo más famosa, La Gioconda. También otros como Durero o Piero della Francesca lo tuvieron presente. De hecho en el Renacimiento, hubo grandes encuentros entre arte y matemáticas. El arquitecto Brunelleschi inventó la perspectiva en esta época y, por fin, fue posible dotar de realismo espacial las escenas que se pintaban. Pero la relación entre ambas doctrinas no acabó aquí. Velázquez fue un gran amante de las matemáticas y un cuadro tan complicado como Las Meninas no hubiera existido sin ellas. Las vanguardias artísticas europeas también se interesaron por la ciencia de los números. Artistas como Dalí, Mondrian o Picasso tuvieron en cuenta las matemáticas.
De todo ello hablamos con cinco matemáticos: Antonio J. Duran, de la Universidad de Granada, Sebastián Xambó, de la UPC, Fernando Corbalán, recientemente distinguido con el premio José María Savirón de divulgación científica, Francisco Martín Casalderrey, profesor en el IES Juan Cierva y Capi Corrales de la UPM.

      Por supuesto, la música no se queda al margen de esa relación, como ya descubrieron tempranamente los pitagóricos. Lo que percibe nuestro oído cuando escuchamos música es, ante todo, relación matemática. La belleza artística, tanto visual como auditiva, es posible por las proporciones matemáticas. Este documental explora todas estas cuestiones.




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